Hay muchas cosas que el Coronavirus ha cambiado, pero el porno no es una de ellas. Sí, se graban menos escenas, como es lógico, pero la gente sigue viéndolo en masa como si se fuera a acabar. Lo malo es que a veces ver tanto porno te da una imagen difusa de la realidad y es muy complicado conseguir una vida sexual plena con tantas mariposas en la cabeza.
La parte buena es que lo único irreversible en la vida es la muerte. Y, como en otras ocasiones, te vamos a echar una mano para que seas un hacha en la cama.
Porno sí, pero con control
No te vamos a decir que de un día para otro dejes de usar porno para masturbarte. No es obligatorio, ni mucho menos. Lo que si te aconsejamos es que no sea «por sistema». Es decir, no pasa nada si de vez en cuando te das un homenaje con un vídeo, pero si lo haces a diario, puede ser un problema.
Sobre todo porque, al final, te vas a acostumbrar tanto al porno que cuando vayas a darle al tema «te va a saber a poco». No vas a ver posturas espectaculares ni ángulos perfectos y claro, eso no ayuda a la hora de darlo todo.
Relaja las expectativas
No, no todos los tíos tienen penes como los del porno y no todas las mujeres son como las del porno. Puede parecer algo de cajón, pero si no tienes mucha experiencia, es posible que esperes mucho más de la realidad de lo que vas a tener. Y eso puede, a veces, hacer muy complicado que incluso te excites.
Con esto no decimos que el porno te va a hacer impotente, pero, como en el cine, hay que saber separar la realidad de la ficción. Y, del mismo modo que no te pones a intentar volar como Superman, no intentes imitar los vídeos de 2 horas de sexo duro. Porque, a menos que seas una máquina (y seguramente no lo seas), no va a pasar.
No tengas prisa y disfruta
Para tener una vida sexual plena es importante no ir directamente a la acción y recrearte más en el momento con tu pareja. Porque a veces los momentos «de calentamiento» molan igual o más que la acción. Pero claro, eso en el porno no se ve. Y si no distingues el porno de la realidad, es posible que te lo saltes.
Incluso es posible que la otra persona no lo disfrute tanto como podría. De verdad, confía en nosotros, no hay demasiados preliminares, nunca. Déjate llevar y disfruta sin prisa, que no tienes a nadie detrás que vaya a decir «¡Corten!».
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